Esta semana comenzaron las arduas labores para retirar los escombros del puente Francis Scott Key en Baltimore, una gran parte del cual se derrumbó después de ser golpeado en uno de sus pilares por el portacontenedores «Dali», que tiene una capacidad de casi 10,000 TEUs. Según el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU., el lecho del río Patapsco está acumulando partes del puente y restos en una extensión mucho mayor de lo inicialmente imaginado después del accidente.

Debido a estas dificultades, los funcionarios portuarios aún no han establecido una estimación de cuándo esperan reabrir el canal al tráfico de buques, según informa el Wall Street Journal. A nivel regional, la situación es preocupante, ya que el grupo de análisis empresarial Dun & Bradstreet ha calculado que el cierre semanal del puerto de Baltimore está teniendo un impacto en el comercio de alrededor de US$1.700 millones. Este cálculo se basa en el valor de los bienes de consumo, automóviles, carbón y otros cargamentos que pasaron por el puerto en promedio cada semana en 2023.

Contenedores

Las autoridades portuarias de la costa este de EE. UU., incluyendo Nueva York-Nueva Jersey, Savannah en Georgia, han afirmado tener capacidad para manejar las cargas desviadas. Por su parte, el Puerto de Virginia ha extendido sus horas de operación para hacer frente a cualquier aumento en el volumen. No obstante, se anticipa que trasladar estos bienes a otros puertos resultará en mayores costos de transporte para importadores y operadores logísticos.

Empresas navieras como CMA CGM, Cosco Shipping y Evergreen Marine han invocado la cláusula de fuerza mayor, que les permite liberarse de cubrir los costos adicionales de transporte hacia y desde puertos alternativos.

Carga Ro-Ro

Sin embargo, las compañías que importan y exportan vehículos y maquinaria pesada parecen estar entre las más afectadas por las repercusiones negativas del accidente. El puerto de Baltimore manejó alrededor de 847,000 automóviles y camiones livianos el año pasado, la cifra más alta en Estados Unidos según la Administración Portuaria de Maryland, y es una importante puerta de entrada para maquinaria agrícola y de construcción pesada.

Tradepoint Atlantic, un complejo logístico ubicado fuera del canal actualmente cerrado que incluye una terminal automotriz, informó que espera la llegada de seis transportadores de vehículos en las próximas dos semanas, los cuales deben entregar alrededor de 10,000 automóviles, además de nueve buques redirigidos.

Wallenius Wilhelmsen, uno de los principales transportistas de vehículos del mundo, anunció que uno de sus transportadores de automóviles, el «M/V Carmen», permanece atracado en el puerto debido al cierre del canal. La compañía estima que la situación le ocasionará pérdidas de entre 5 y 10 millones de dólares en ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización si las interrupciones persisten por un mes.

Graneleros en problemas

Las repercusiones en el sector granelero también parecen ser complejas. Según Drewry, Asia es el destino principal de los envíos graneleros que parten desde Baltimore, y si la situación actual persiste, es probable que los compradores prefieran realizar adquisiciones dentro de Asia. Esto provocaría una reducción en la demanda de toneladas por milla, lo que impactaría las tarifas de flete de los buques graneleros.

El puerto representa el 16% del comercio total de graneles en Estados Unidos y maneja alrededor de 27 millones de toneladas de estos productos al año.

Además, las exportaciones de carbón se verán significativamente afectadas, ya que representan el principal producto de exportación con alrededor de 25 millones de toneladas al año. Por otro lado, las importaciones de azúcar, yeso y fertilizantes suman un volumen combinado de casi dos millones de toneladas anuales.

En resumen, alrededor de dos millones de toneladas de graneles, principalmente carbón, lo que equivale aproximadamente a 150 buques, se verán afectadas cada mes si la situación actual no mejora.

Millas náuticas más, millas náuticas menos

Según Drewry, la mayoría de los buques que parten de Estados Unidos hacia Asia han optado por navegar por el Cabo de Buena Esperanza después de los ataques hutíes en el Mar Rojo. Esto ha incrementado la distancia de menos de 8,500 millas náuticas a más de 11,500 millas náuticas.

Dado que los países asiáticos prefieren asegurar cargas dentro del Asia Pacífico a través del mercado spot, lo que reduce las distancias marítimas de 3,000 a 6,000 millas náuticas, existe la posibilidad de que la demanda mundial de transporte marítimo se vea afectada.

Esta situación podría disminuir la demanda mensual de embarque de graneles en más de 0.5 puntos porcentuales, lo que a su vez contribuiría a una mayor disminución en las tarifas de flete.

 

Fuente: Mundo Marítimo

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