El transporte es el pilar básico para el desarrollo y crecimiento económico de un país, y en ese punto, el Perú cuenta con un sistema de transporte terrestre a través de carreteras la cual básicamente conecta a todas las capitales de departamentos, provincias y distritos, cubriendo una longitud de acuerdo al Ministerio de Transportes al 2022, de unos 27,108 km.
Las unidades mineras por la ubicación geográfica donde se encuentra el mineral son en su mayoría de ubicación alto andina y según reporte del Ministerio de Energía y Minas tenemos más de 200 unidades mineras extractivas en actividad al 2022.
El transporte para la minería implica como primera fase, la conexión del asentamiento minero para la implementación o carga de proyecto, hasta su inicio de proceso de extracción de los materiales de la mina; en la segunda fase, la continuidad de transportar suministros en forma sostenida: combustibles, maquinarias, equipos, neumáticos sobredimensionados, mallas, elementos de alto riesgo como explosivos, y químicos peligrosos como como el cianuro, ácidos corrosivos, bisulfito sódico, etc. Y en la tercera fase, el transporte del producto final que es el concentrado de mineral o hidrocarburo (gas o petróleo) según la actividad extractiva lo que implica una responsabilidad mayor la seguridad en el transporte para la continuidad de las operaciones mineras.
De acuerdo a las experiencias suscitadas a través de los años se ha venido modificando el tema de la seguridad en el transporte minero, lo que nos ha llevado a una regulación y normas que permitan el respeto y conservación del medio ambiente, la salud de las personas y de las comunidades de la zona de influencia de la mina, ya que las actividades mineras pueden generar cambios dramáticos en la naturaleza, por tanto, se trata de minimizar los impactos y los riesgos generados por esta actividad.
En consecuencia, todo transporte minero por seguridad, debe de contar y cumplir con todos los requisitos exigibles por las leyes peruanas, tales como: permisos, autorizaciones dadas por las entidades correspondientes (MTC, OSINERGMIN, SUCAMEC), y ser fiscalizados por SUTRAN, así como también ser verificado las condiciones en que laboran el factor humano vinculado a esta actividad.
En este punto, el personal que está en transporte minero debe tener un alto grado de especialización por la actividad y seguridad de los materiales que transporta, por estar en contacto con las comunidades, ya sea por el uso de vías, alimentación, hospedaje y pernocte en zonas autorizadas; todo esto sin afectar la convivencia de las personas y sus comunidades. Esto implica una compleja capacitación e inducción permanente para no solo cumplir con las normas sino ponen en valor la seguridad en la actividad con evaluaciones y controles reales a conciencia que nos permitan mejorar nuestros planes teniendo como premisa que la vida humana está por encima de toda la actividad que se realiza.
Podemos concluir, que la seguridad en el transporte minero es un sistema desde su punto de inicio hasta su entrega final y está inmerso en todos los aspectos que directa e indirectamente intervienen en el proceso cumpliendo las normas vigentes, más las políticas y valores organizacionales de la empresa minera.