La próxima apertura del megapuerto de Chancay promete un significativo crecimiento económico en la región, posicionándolo como un importante punto para el comercio entre la Cuenca del Pacífico y Asia. Para aprovechar los beneficios económicos y sociales que traerá esta nueva infraestructura portuaria, es crucial e inaplazable desarrollar a tiempo los instrumentos de planificación urbana que faciliten un crecimiento ordenado y regulado de la ciudad de Chancay y su territorio.
En este contexto, la ausencia de un plan de desarrollo urbano y ordenamiento territorial resultaría en un crecimiento desorganizado que tendría inevitablemente efectos negativos en la oportunidad de progreso que representa tal inversión de gran envergadura para la región. Esta situación refleja los desafíos que enfrenta el país en términos de desarrollo y crecimiento, ya que actualmente solo el 13% de los distritos del país cuenta con un plan de desarrollo urbano (DPU) vigente. Esta estadística negativa podría aumentar aún más si consideramos el plazo establecido por el decreto supremo 012-2022, que fija abril de 2024 como fecha límite para la formulación de planeamientos integrales, que implica la integración de áreas rurales al suelo urbano para diversos usos de manera específica y formal.
Según la visión de expertos, se anticipa que la transformación del megapuerto de Chancay en un centro marítimo regional traerá consigo inversiones adicionales que tendrán repercusiones y consecuencias en el territorio, su población y las actividades productivas complementarias. Dado que cada una de estas actividades necesita un entorno propicio para su desarrollo y una integración planificada en el territorio, se hace imperativa la implementación de instrumentos de gestión territorial como una prioridad.
Sin embargo, ¿por qué son cruciales los Planes de Desarrollo Urbano (PDU) y cuál es su alcance? Estos instrumentos de gestión nos permiten fomentar un desarrollo urbanístico formal y sostenible, aspectos que han estado ausentes en la mayoría de las ciudades de nuestro país durante décadas. Este vacío se refleja en urbes que han crecido de manera desorganizada, acogiendo a poblaciones privadas del acceso a derechos básicos como vivienda, agua, desagüe, así como infraestructuras de salud, educación, conectividad y recreación, tal como lo establece el plan temático de infraestructura de servicios. Si no se toman decisiones y acciones al respecto, Chancay podría enfrentar las mismas consecuencias que el 93% del crecimiento informal experimentado en el país en las últimas dos décadas, privando a su población de una vida digna.
Es responsabilidad de las autoridades asumir sus roles para prevenir los impactos negativos de esta situación y poner en práctica las medidas correctivas que posibiliten un desarrollo urbanístico apropiado, no solo en Chancay (para aprovechar las ventajas del megapuerto), sino en todo el país, donde se necesita con urgencia.
Fuente: Gestión